martes, 21 de junio de 2011

Algún día se irán

Ahí estabas hoy, tan bonita, cantando con tu coro, marcando el ritmo de cada compás con la pierna nerviosa que no dejabas de mover. Nos mirabas y sonreías con la boca abierta cantando a toda voz esa docena de canciones que han hecho las delicias de todo el auditorio. Te veía ya tan mayor y tan pequeña a la vez. Hubiese deseado tener miles de cámaras fotográficas en mis pestañas para retratarte cada segundo y dejarte impresa en mis retinas para siempre.

Y mientras, vuestras voces me llegaban:

…mi juventud, mi adolescencia,
mi edad de jugar,
ya verás como algún día se irán.


Y quiero pararte, siempre con esa cara, ese pelo revuelto, la nariz pecosa y las miradas cómplices entre compañeros. Pero no puedo, ¡ y te vas tan rápido!:


…la distancia duele más,
si atrás quedó lo mejor,
como un niño sin jugar,
como una triste canción.


Y se me llenan los ojos de lágrimas con esta canción. ¿Tu distancia medirá mi distancia? ¿Siempre queda atrás lo mejor? ¿O lo que nos depara el futuro es más efímero y positivo?

No quiero para ti días sin juegos ni canciones tristes.
Quiero verte como hoy, feliz, cantándole a la vida, marcando el ritmo de tus pasos en tu camino, con un compás vivo y recordando lo que esta tarde has cantado:

…caminante no hay camino, se hace camino al andar.

No hay comentarios: