sábado, 31 de marzo de 2012

Vuelvo


No han transcurrido los veinte años del famoso bolero, pero vuelvo. Nada de energías renovadas, no ha habido descanso físico ni mental. Vuelvo tras la dura y estéril sequía que deja una pérdida infinita. Vuelvo tras comprobar que el corazón sigue latiendo, que amanece todos los días, que el levante ha regresado al comienzo de la primavera, que la lluvia que cae me permite oler a tierra en mi jardín, que el bullicio se acrecienta en tardes a las que la luz les ha regalado el don de más minutos de vida, que mis ojos siguen retratando imágenes, mis manos acariciando y mi boca besando el bendito cabello de mi hija. Vuelvo siendo consciente de una verdad increíble para un alma sin alma, que la vida vive a tu alrededor, se suceden los minutos, las horas y, ahí está, un día más. La vida a mi alrededor y la muerte también. Que se disputen mis pensamientos entre ellas.

Mientras tanto, aquí te llevo, en pensamiento, palabra y obra. Sé que con todo tu amor y con tu bendición, vuelvo a la vida, acompañada de tu eterna sonrisa.

Nunca me olvides, yo no lo hago.

viernes, 30 de marzo de 2012

Yo sigo siendo yo


Tropiezo en el mundo virtual con este poema que un amigo ha colgado tras el fallecimiento de su padre hace unas semanas. Son palabras de San Agustín. Mi padre estudió durante diez años con los agustinos en el Monasterio de El Escorial y, en algunas ocasiones, llegó a hablarme de su filosofía y de algunos de sus pensamientos. Y después de muchos días lo he sentido muy cercano, susurrándomelas al oído...

La muerte no es nada.



No he hecho más que pasar al otro lado.


Yo sigo siendo yo. Tú sigues siendo tú.


Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.


Dame el nombre que siempre me diste.


Háblame como siempre me hablaste.


No emplees un tono distinto.


No adoptes una expresión solemne ni triste.


Sigue riendo de lo que nos hacía reír juntos…


Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo.


Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue,


sin énfasis ninguno, sin huella alguna de sombra.


La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado.


¿Por qué habría de estar yo fuera de tus pensamientos?


¿Solo porque estoy fuera de tu vista?


No estoy lejos, tan solo a la vuelta del camino…


¿Lo ves?, todo está bien…


Volverás a encontrar mi corazón, volverás a encontrar


su ternura acendrada.


Enjuga tus lágrimas, y no llores si me amas.