lunes, 31 de enero de 2011

La Torre de Babel

Siempre hay un imbécil que te deslumbra con algún nuevo filón de sabiduría. He esperado algunos días, porque siempre es positivo reflexionar sobre un tema, preguntar opiniones, y hasta esperar, vanamente, a que se retracten (que no es el caso).

En fin. La última de este querido país…

Como ya sabéis, desde este mismo mes, nuestros modernos políticos pueden usar en el Senado, en el debate de las mociones en Pleno, todas las lenguas españolas ya que cuentan con un sistema de traducción simultánea para que puedan entenderse entre sí. Es el primer Parlamento en el que se podrá hablar en cinco idiomas, todas las lenguas oficiales en alguna Comunidad autónoma. Eso sí, el presidente del Gobierno y sus ministros, si tienen que intervenir, lo harán siempre en castellano, sin “ pinganillo”.

Siete traductores por pleno, sólo nos costarán 350.000 euros anualmente, escasa cantidad ( pecata minuta) para los defensores de "recoger toda nuestra riqueza lingüística", "la pluralidad de las lenguas" y" la importancia de este avance que indica el alto grado de convivencia democrática".
Creo que nunca he visto tanta imbecilidad junta en toda mi vida.

A ver:
1.- Vamos a dejar de insultar a la inteligencia del resto de los españolitos, que somos los que vamos a pagar de nuestros bolsillos la última del señor Presidente que necesita “ como el comer” el apoyo de los nacionalistas para mantenerse en La Moncloa y no se le ocurre nada mejor que darles este pasito pa’lante para tenerlos contentos unos meses.

2.- ¿Algunos de estos políticos han tenido a bien el leerse el artículo 3 de nuestra Constitución? Cito textualmente:
“Artículo 3.
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.”

Alumnos de Primaria no tendrían ningún problema en entender dos palabras del punto 1: TODOS y DEBER. Todos somos todos ( senadores incluidos), y deber significa, señores, que es obligatorio que todos conozcamos el castellano. También los pequeñines de 1º de primaria entenderían que las lenguas restantes son cooficiales en sus Comunidades, no en el resto del país.
Así que esta nueva normativa es ilegal pues está atacando directamente el artículo 3 de la Constitución española.


3.- Leo al señor Bonet, portavoz de Esquerra, defendiendo que las “ lenguas gallega, catalana o vasca son tan españolas como la castellana”. Totalmente de acuerdo con Bonet, son tan españolas como el castellano, pero se le olvida un pequeño detalle, NO SON LAS LENGUAS OFICIALES, la única lengua oficial es el castellano y ustedes tienen la obligación de conocerlo y usarlo, máxime en un lugar que representa al conjunto de los españoles.

4.- Tampoco “ pierde puntada” el senador del PNV Anasagasti que opina que si Zapatero ha llegado a usar auriculares para entender a un maltés en la UE, ¿por qué no puede hacerlo con un catalán?
¿Alguien le ha explicado a este Anasagasti que hay una pequeña diferencia? Procedamos como en un capítulo de Barrio Sésamo:

- Zapatero.- de España
- maltés- de Malta

NO SE ENTIENDEN, UTILIZAMOS EL PINGANILLO

- Zapatero.- español
- catalán .- español
No hace falta traductor,¡¡ HABLAN LA MISMA LENGUA!!!

Después de muchos días sigo perpleja preguntándome a todas horas cómo lo harán estos prendas entre sesión y sesión para tomarse el cafelito en la barra del bar del Senado. O se llevan al traductor de la oreja o ¡aquello tiene que ser ...la Torre de Babel!

jueves, 27 de enero de 2011

El eclipse

Este breve relato me fascina. Nosotros y nuestra increíble y estúpida superioridad occidental...

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Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.

Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.

Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.

-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.

Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.


Augusto Monterroso

martes, 25 de enero de 2011

Si el hombre pudiera decir lo que ama

Me presentan hoy una pregunta de difícil respuesta:
¿Cuál es tu poema preferido?
He de decir que llegué a la poesía tarde, pienso que como la mayoría, que nos adentramos antes en la narrativa y sus subgéneros: cuentos, relatos, leyendas, hasta desembocar en las novelas.
Respecto a la poesía, mis estudios me obligaban a leer a los clásicos y no tan clásicos, sin embargo, pocos fueron los que pegaron ese latigazo que uno necesita sentir para poder afirmar que el poema le "ha llegado". Posteriomente, he conocido la poesía de García Montero, Cuenca, García Maiquez, Aurora Luque y muchos de sus poemas los he ido entrelazando con mis experiencias vitales, que para eso están, para que la palabra se haga carne propia.
Me es imposible elegir sólo uno de tantos; pero tengo la seguridad de cuál no puede faltar: este de un poeta en la sombra del 27, Luis Cernuda.


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


¡Cómo se puede decir tanto con tan pocas palabras ...!

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;

miércoles, 19 de enero de 2011

Propósito de enmienda

Después de las fiestas y los “ atracones” nos da a todos por el segundo propósito de enmienda para este nuevo año. El primero en la lista, ya se conoce, para los fumadores dejar de fumar. Y si no ha sido tu propósito como fumador, no hay de qué preocuparse, para eso está nuestro admirado equipo de gobierno que se propone el ( des) propósito por ti y se saca una Ley Antitabaco para arrinconar a los últimos amantes del humo, grupo entre el que me encuentro, pero este tema merece otra entrada. Como comentaba, en segundo lugar de esa lista de propósitos, ponernos a dieta para perder aquello que se ha asentado alrededor de nuestros michelines y le dan más brillo y firmeza.

Por curiosidad, busco un listado de alimentos y las calorías que ingerimos por cada cien gramos. Obviamente, la Ley de Murphy se tenía que cumplir: alimento que adoras y te relames de gusto solo pensando en él, se encuentra en lo más alto del ranking en cuanto a calorías.

Aceite de oliva 939
Aguacate 180
Almendras 620
Anchoas 175
Arroz 350
Avellanas 670
Azúcar 400
Beicon 665
Cacahuetes 610
Chicharrones 601
Carne vacuno 220
Carne vacuna picada 220

Un inciso. Creo que queda claro. Si es carne de vacuno, 220, si es carne de vacuno picada, 220. ¿Alguien me puede explicar por qué lo señalan así en el listado? Imagino que la carne de vacuno aplastada, machacada, estirada,… será 220, ¿no? Misterios de la vida.

Caviar 450 ( como si una pudiese permitirse este lujo)
Mantequilla 770
Mayonesa 770
Chocolate negro 710
Chocolate con leche 520
Morcilla 460
Chorizo 468
Costillas cordero 280
Paté 518
Galletas mantequilla 440
Jamón York 289
Jamón del país 280

Segundo inciso. Una alegría, el jamón rico de verdad de mi país, es el jamón serrano, un buen ibérico y resulta que tiene menos calorías que el jamón de York! Y el ciudadano del mundo que no sea español, ¿ qué puñetas de jamón come? ¿Cuál es el jamón de otro país? ¿Y el que viva en York?

Nata montada 447
Nueces 690
Pan 370
Pastas 360
Piñones 670
Pistachos 620
Salami 550…

Llegados a este punto, me asalta el pensamiento de que la injusticia nos persigue hasta para alimentarnos. El resto de la lista es depresivo…

Acelgas 10
Apio 10
Col 10
Pepinos 10
Rábanos 10
Berenjenas 20
Champiñones 20
Coliflor 20
Endibias 20
Espárragos 20
Puerro 20….

¡Ahora entiendo la sabiduría popular!

Tiene cara de acelga
Me importa un pepino
Me importa un rábano
Vete a freír espárragos
... ahí mismo he mandado yo mi propósito del nuevo año!

domingo, 16 de enero de 2011

A los ojos


Saco de defectos. No desvelo nada nuevo de mí si me defino con estas tres palabras. Y todos estos defectos, junto con alguna que otra virtud suelta, conforman mi persona. Como todos, me imagino. Aprendí hace tiempo que las personas no podemos ser catalogadas como buenas o malas, sino que, en algún momento de la vida, cometemos acciones buenas o malas, sin embargo, estas no nos definen. Nadie es completamente bueno o completamente malo. La felicidad, la buena compañía, la plenitud en todos los aspectos, nos llevan a mostrar comportamientos positivos y el dolor, la rabia o la incomprensión, por nombrar algunos, nos pueden llevar a aparecer ante los demás como el mal personificado.

No podemos quedarnos estancados en esos momentos negativos, no podríamos evolucionar. Desgraciadamente, existen personas que olvidan las dos palabras mágicas para seguir creciendo: el tiempo, que permite colocar todo en su sitio, y el perdón.

Esta reflexión viene al hilo por el comportamiento que muestra cierta persona hacia mí. Hablamos poco y cuando se dirige a mí lo hace con parcas palabras y si puede ser lo mínimo. Hasta aquí respetable, pero me enseñaron en mi niñez que cuando alguien te habla siempre se le mira a los ojos. Me vienen a la memoria los versos de una canción de unos conocidos, Me gusta la gente, que dicen:

“Me gusta la gente,
que cuando te habla,
te mira a los ojos,
te mira de frente…”


Da igual que hables dos segundos que una hora de reloj, siempre se mira a la persona que te habla a los ojos. Lo contrario sólo demuestra un comportamiento maleducado, que no quiere decir que esa persona no sea educada, pero su comportamiento sí expone su mala educación y obviamente dice muy poco de ella. Yo, si tengo que dirigirme a alguien, me resulte más simpático o no, me dirijo. Ya no estamos en edades de niñatadas.

No lo voy a negar, me produce cierta tristeza buscar unos ojos para conversar y encontrar en mi trayectoria la pared de enfrente, sin embargo también aprendí hace tiempo que no daña quien quiere, sino quien puede, y ya no… ya no.

domingo, 9 de enero de 2011

Ficciones

Comencé el Año Nuevo en un sitio diferente a lo establecido como normal. Un hospital. Problemas de salud de mi padre me llevaron a tomar las famosas doce uvas a los pies de su cama. Mi camiseta no era negra ni tenía lentejuelas para esa noche mágica de final de año. No me importaba. Estaba donde quería estar y con quien quería estar. Obviamente echaba de menos a otras personas, mis hermanos, mi hija, mi pareja, pero, en esas circunstancias, insisto, estaba donde quería estar y con quien quería estar.
Después de tomarnos las uvas, mi padre se dispuso a descansar. Apagué la luz general y encendí una pequeña luz tenue de la cabecera de su cama. Me senté a su lado, en un butacón, y agarré su mano derecha. Así se quedó dormido. En mi otra mano, un libro, La verdad de las mentiras, de Vargas Llosa. Y leo: “Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos- ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros- quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar- tramposamente- ese apetito nacieron las ficciones". Me quedé pensativa.
Por suerte, nuestra habitación tiene un gran ventanal desde el que se divisa gran parte de la ciudad. En esta visión nocturna de luces blancas y naranjas todavía aparecen algunos fuegos artificiales rompiendo la oscuridad de la noche. Y pienso en la vida, en lo difícil que se nos antoja en muchas ocasiones, en sus recovecos, en que marcamos un camino y este un día desaparece, se difumina y te encuentras en uno nuevo, dando nuevos pasos y con un paisaje diferente, y en que es cierto lo que escribe Vargas Llosa, quién no ha pensado alguna vez en tener una vida distinta a la que uno está viviendo. En ese momento así lo creo.
Las luces de la ciudad son un espejismo.
Lentamente, vuelvo la cabeza y miro a mi padre. No, no me cambiaría por nadie, ni quiero vivir la de nadie. ¡Qué suerte que duerma agarrado a mi mano esta noche! Vuelvo a mi lectura. No necesito ficciones para cambiar mi vida, pero en esta primera noche del año reconfortan y acompañan.