sábado, 30 de junio de 2012

Cepillos de dientes robados



Mavi, así la nombramos todos los que la conocemos y queremos, es una antigua alumna que ya despuntaba maneras cuando comenzó a escribir hace unos años. Cada vez  que me llegaba con un pliego de papel manuscrito ya sabía yo que, contuviese las palabras que contuviese, me iba a emocionar. Nunca fallaba, sus relatos eran maravillosos, y sus pensamientos y reflexiones no se quedaban atrás. Era una alumna excelente, con un expediente fantástico, gracias al que podía haber estudiado lo que hubiese querido, pero su mundo han sido siempre las letras y  se dedicaba noche tras noche a escribir, así que eligió una carrera de letras. Nosotras, las profes del departamento,  hemos leído con ella, éramos sus primeras lectoras y críticas, la hemos presentado a algún certamen y sobre todo la hemos animado a seguir en este mundo para el que había nacido.
No nos equivocamos. La Diputación Provincial de Cádiz acaba de publicar su primer libro, Lógica difusa, en su colección Alumbre, volumen presentado en la Feria del Libro de Cádiz el pasado mes de abril.
Ya lo he leído y no me ha decepcionado. Aquí os dejo un botón de muestra:

Vive solo pero en su baño florecen los cepillos de dientes robados.
Dicen que es un cepillo por persona a quien quiere: el rojo es de su madre, el naranja gastado de su padre fallecido, el verde de un colega que es como su hermano y que va o viene cuando quiere y el fucsia de una chica que sólo le busca cuando la marea crece. El azul es el suyo y el transparente lo reserva para la persona especial que pueda llegar y conquistar su corazón.

No olvidéis este nombre, María Victoria Santa Clara, va a dar que hablar.

domingo, 24 de junio de 2012

Mujer contra mujer


Mira que tendría sensaciones para contar del fin de semana. Lo he pasado en un lugar idílico, cerca del mar, playa, descanso, buena comida y bien regada, magnífica compañía y paz, sobre todo, paz y desconexión.
Pues de lo que voy a hablar es de la conversación que mantenía una mujer joven esta mañana con otras tres compañeras mientras desayunaban a mi lado. Precisamente leía en la playa el sábado el último libro de Javier Marías, Los enamoramientos, y la protagonista se sienta todas las mañanas a desayunar en una cafetería y mira con insistencia a una pareja, la pareja perfecta según ella, y así entretiene su tiempo de descanso en el trabajo. Así me sentía yo escuchando la conversación de estas cuatro, no porque yo estuviera atenta , sino porque alzaban la voz.

En un momento dado, una de ellas, empresaria a más señas, comenta que ha tenido a una mujer en un periodo de pruebas en su empresa y, aunque es muy eficiente, no la va a contratar, estaría ella loca de contratar a una mujer que tiene tres hijos, uno de ellos un bebé, seguro que un día llegaría tarde por un problema en el colegio de uno de ellos, y otro faltaría porque el bebé seguro que cae enfermo.
Y seguía, gente eficiente hay más, yo lo siento, pero las empresas tenemos que ser competitivas.

Me quedé perpleja. No lo entiendo. ¿Una mujer comentaba esto? Ysi hubiese sido un hombre el que fuera padre de tres hijos, ¿haría lo mismo? No, seguro que no. Los hombres pueden tener diez hijos que ningún empresario se cuestiona que vaya a ausentarse del trabajo por problemas familiares, enfermedades, colegios, reuniones con los profesores, actividades extraescolares, cumpleaños de amigos, y un largo etc., alguien se ocupará de eso y ese alguien tiene nombre de mujer. ¡Ojo!, con esto no quiero decir que no haya padres que se impliquen en todo lo anterior, algunos hasta más que sus mujeres, hablo del punto de vista de algunos empresarios.

 Es lo que nos ha tocado vivir a una generación "sandwich" a la que le inculcaron el ser mujeres bien preparadas, autónomas, capaces de desarrollar una profesión y de salir solas adelante. A alguien se le olvidó el pequeño detalle de que seguimos siendo madres, hijas, amigas, esposas, amantes, y de que la vida es algo más que un trabajo diario. Es necesaria la conciliación personal, laboral y familiar entre parejas y entre empresarios y trabajadores. Yo pensaba que íbamos por buen camino, despacio pero conquistando etapas, pero escuchado lo escuchado, está visto que no. Si una mujer es capaz de pensar de este modo, mal vamos.

El enemigo está entre nuestras filas, así, pocas batallas ganaremos.

jueves, 21 de junio de 2012

Selectividad

Hoy a las 14.30 han finalizado las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), vamos, la Selectividad de toda la vida, en nuestra Comunidad. Este año me ha "tocado" ser representante y allí que me he tirado tres días acompañando a mis alumnos y a los otros cientos que por allí se encontraban. Creo que lo he pasado peor que cuando yo la tuve que hacer.


El primer día estaban todos descompuestos, nerviosos, las caritas eran un poema, y cuando los ves sentados, los segundos antes de que los exámenes lleguen a sus manos, te dan ganas de sentarte a su lado y empezar a contestar al examen con ellos y por ellos. Cuando leen la hoja de la prueba, muchos levantan la cabeza y me buscan con la mirada, y ya sé si ha habido suerte o vamos a tener que hacer malabares para no caer en la quema. Se frotan las manos, se las pasan por la cara, cogen el bolígrafo y lo vuelven a dejar, mueven las piernas, se estiran... en fin, he tenido tiempo de fijarme en todo tipo de gestos, hasta que pasado un tiempo ya han decidido la opción y comienzan a "meterle mano" al asunto. Tras unos minutos, los originales de los exámenes me son entregados y ya puedo ver si la prueba se ha planteado para que realmente se mida lo que saben o la han preparado para medir lo que no se sabe y qué bien que " te pillé".
Tras finalizar cada prueba, te llega exultante el que la ha bordado y cabizbajo aquel que se equivocó, el que no ha entendido el enunciado o al que los nervios le han traicionado y ha contestado cualquier barbaridad. Media hora larga de descanso y entramos en la siguiente. Unos minutos de repaso y a tomar de nuevo fuerzas.

Muchos de ellos llevan años luchando por una nota para poder ser admitidos ahora en la carrera elegida y no verse fuera del sueño que se están labrando. Son los que lo llevan peor, no sirve con aprobar, hay que sacar la máxima nota y soy testigo de lo que muchos han estudiado.

No es lo peor. Algunos conseguirán entrar, estoy segura, estudiarán, se dejarán media vida, para posteriormente dejarse la otra media buscando un trabajo. Entonces se darán de bruces con la abyecta realidad, no hay trabajo, no hay empresas, no hay futuro. Esa va a ser la verdadera prueba.
Serán parte de la generación más preparada y la que tendrá menos posibilidades de demostrarlo.











domingo, 17 de junio de 2012

Si mi voz muriera en tierra



Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!


Rafael Alberti, 1924






jueves, 14 de junio de 2012

María




Hoy he estado con María. María es una mujer sencilla y encantadora que se ha ofrecido a venir a nuestro centro para enseñarles su profesión a los alumnos de 3 años. Los padres de estos alumnos acuden para hablarles de su trabajo, igual acude un médico, un profesor, un amo de casa, como una azafata, una jueza o una enfermera.


María llegó nerviosa, confesó que estaba más inquieta que en otras ocasiones y que ella solo sabía cantar. La acogimos y en pocos minutos estaba rodeada de cuarenta enanos de 3 años que le hacían los coros. María ha cantado “Estaba el cocodrilo”, “La tarara”, o “Vamos a contar mentiras”, entre otras, y todos hemos disfrutado de su voz,  su melodía y de las ganas que ha puesto tras una barriga de seis meses en la que se encuentra su segunda hija empapándose de la cantarina voz de su madre. La acompañaba su marido que le marcaba el ritmo y la animaba con más canciones. Hemos reído, cantado, disfrutado con sus comentarios y con su sonrisa abierta de madre orgullosa de su hija, que era la primera del público infantil en aplaudir a su madre.

Ella nos admira, nos tiene mucho respeto porque estamos educando a su hija, nos apoya y en una palabra es … GRANDE, porque su sencillez la hace así, porque ella solo sabe cantar de una forma maravillosa y única, porque hoy era María, y cuando se viste con su segunda piel es … Niña Pastori. Ya te admiraba. Hoy me he convertido en tu seguidora incondicional, porque hoy he conocido a la verdadera María.