jueves, 31 de marzo de 2011

Amando

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

Luis García montero

martes, 29 de marzo de 2011

Gracias...

Diez mil gracias por vuestos diez mil segundos dedicados a mi pequeño espacio virtual. Un abrazo.

domingo, 27 de marzo de 2011

Letanía de mis defectos

No calculo bien la sal de las comidas, perezosa por las mañanas, luego siempre voy a toda prisa por falta de tiempo. En un arranque de orden coloco la ropa en mi armario, que en dos días termina “boca abajo”. En mi casa existe un sitio para cada cosa, sin embargo me pregunto por qué nunca se encuentran las cosas en cada sitio. Tengo la manía de sacar poco dinero del cajero y luego me arrepiento, fumadora, algo presumida y me cuesta salir de casa sin pintarme los ojos. No me importa dejar la cama sin hacer ( haciendo caso omiso de las palabras de tu madre que te urgen a estirar las sábanas por si llegan visitas), de cada diez veces, diez se me olvida abrir la ventana del baño tras la ducha, friolera en invierno… y en verano, mi termostato interior está estropeado desde que nací. Comienzo las limpiezas con mucha energía derivando en la chapucería para terminar lo antes posible. Soy una “cualquier otra profesión me gusta más” y en el fondo, encantada con la suya, que siempre lleva un bolso cargado con mil cachivaches a los que no doy utilidad.


Me cuesta limpiar los zapatos. Odio planchar camisas y pantalones, del prójimo y míos, no llamo lo suficiente a mis amigos y mis llaves y teléfono descansan generalmente en lugares olvidados. No consigo una buena postura delante del ordenador y termino día sí y día también con contracturas, comienzo siempre por las tareas fáciles y me voy desinflando cuando llegan las difíciles. Me pica el cuerpo en los ambientes “pijos”, a veces calculo con los dedos y siempre pienso que podía haber hecho algo mejor. Soy curiosa, me da frío el agua del mar y no me gusta hacer deporte y menos las máquinas de los gimnasios. Puedo llegar a aborrecer una canción de tanto escucharla, no suelo cerrar el bote de gel y no ordeno las tapaderas de las fiambreras. El día que me levanto con el pie izquierdo soy inaguantable y me da miedo volar en avión, sinceramente, más bien pánico.

Esta es la letanía de mis defectos. Olvidaba el último: en el fondo me importa lo que los demás piensen de mí…

Pues vaya si me he vendido bien!

martes, 22 de marzo de 2011

Pita Amor

Esta semana descubriendo a Pita Amor, poetisa mexicana de la segunda mitad del siglo XX. Entre sus poemas, “ Letanía de defectos”.

Soy vanidosa, déspota, blasfema;
soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa;
pero conservo aún la tez de rosa.
La lumbre del infierno a mí me quema.
Es de cristal cortado mi sistema.
Soy ególatra, fría, tumultuosa.
Me quiebro como frágil mariposa.
Yo misma he construido mi anatema.
Soy perversa, malvada, vengativa.
Es prestada mi sangre y fugitiva.
Mis pensamientos son muy taciturnos.
Mis sueños de pecado son nocturnos.
Soy histérica, loca, desquiciada;
pero a la eternidad ya sentenciada.


Mientras lo saboreo, comienzo a pensar en los míos… Mi letanía para la próxima entrada.

domingo, 20 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

La mirada

Los ojos y la mirada han sido siempre tema recurrente para los poetas.

Cuando mis ojos miraron
de tu cielo los dos soles,
vieron tales arreboles
que sin vista se quedaron.
Mas por ciegos no dejaron
de seguir por sus destellos,
por lo que duélete de ellos,
que aunque te causen enojos,
son girasoles mis ojos
de tus ojos soles bellos.


Uno de los madrigales más hermosos de la literatura castellana versa alrededor de unos ojos claros.

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos


No obstante yo me quedo con los ojos oscuros a los que canta Rubén Darío, máxime si la dueña de esta mirada se llama… Julia.


¿Eva era rubia? No. Con negros ojos
vio la manzana del jardín: con labios
rojos probó su miel; con labios rojos
que saben hoy más ciencia que los sabios.

Venus tuvo el azur en sus pupilas,
pero su hijo no. Negros y fieros,
encienden a las tórtolas tranquilas
los dos ojos de Eros.

Los ojos de las reinas fabulosas,
de las reinas magníficas y fuertes,
tenían las pupilas tenebrosas
que daban los amores y las muertes.

Pentesilea, reina de amazonas;
Judith, espada y fuerza de Betulia;
Cleopatra, encantadora de coronas,
la luz tuvieron de tus ojos, Julia.

La negra, que es más luz que la luz blanca
del sol, y las azules de los cielos.
Luz que el más rojo resplandor arranca
al diamante terrible de los celos.

Luz negra, luz divina, luz que alegra
la luz meridional, luz de las niñas,
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
que hace cantar a Pan bajo las viñas!

domingo, 13 de marzo de 2011

Alejandro Sanz, un gaditano por el mundo

Hoy una de esas letras que son pedazos de vida y que " jalan" de alguna cuerda del alma. Alejandro Sanz canta fragmentos de dos pasadobles de Juan Carlos Aragón (chirigota Los Yesterday, año 1999), llevando letras del Carnaval de Cádiz en sus conciertos.

Yo prefiero seguir buscando
los defectos y los encantos
de una dama golfa y valiente,
verdadera como la guerra,
despeinada como la tierra
y canalla como la gente,
yo prefiero una compañera
perfumada con la madera,
con el cuero y con la palabra
hembra,
una mujer para mí debe ser mucho más
que una hembra,
que desprecie los dineros y el Chanel,
la corbata y la mentira,
solo por esa mujer valdrá mi muerte
más que mi vida.


Que lo disfrutéis.

martes, 8 de marzo de 2011

La doble moral


En una entrada anterior ya expuse la estupidez de nuestros políticos respecto al uso del lenguaje. Ya sabéis, eso de tener que decir “El pueblo andaluz” en lugar de “Los andaluces” para así englobar el masculino y el femenino (¡). Hoy, el lenguaje me ayuda para destapar la doble y falsa moral de todos estos seudoprogres que, ante la imposibilidad de erradicar realmente la desigualdad entre las personas, lanzan estas cortinas de humo para hacer creer que están arreglando la injusticia.

Hace unas semanas se ha celebrado el Campeonato del mundo de atletismo paralímpico en Nueva Zelanda. La hija de una amiga, Elena Congost, con una deficiencia visual severa se proclamó subcampeona del mundo en 1500 metros consiguiendo una medalla de plata. Estuve dos días “ tragándome” la sección de Deportes de los telediarios a ver si veía la carrera o al menos hacían una mención. Nada. Absolutamente nada. Teníamos más noticias por la propia atleta, que llamaba a su padre a España, que en nuestra propia televisión. Eso sí, todos los días, le dedican sus cinco largos minutos al entrenador del Madrid y sus bravuconerías, al del Barcelona y sus estrategias, y los restantes treinta segundos a las pocas noticias deportivas que pueden dar, tres segundos de Nadal, dos al automovilismo y pare usted de contar.
La delegación española se ha traído 17 medallas de Nueva Zelanda, sin embargo, no hay noticias, ni celebraciones, ni compatriotas esperándolos en un aeropuerto. No son importantes. Son paralímpicos.

No obstante, aquí los tratamos con respeto. ¡Faltaría más! Muchos de ellos ya no son inválidos ( palabra , desde luego, no era la más adecuada, válidos somos todos), son “ personas con movilidad reducida”. De ejemplo, la foto. Hubiese bastado con la imagen visual, pero preferimos que quede claro. Y con eso lavamos nuestras manos y nuestra conciencia.
La doble y falsa moral.

domingo, 6 de marzo de 2011

Cuarenta duendes

Todos los años los alumnos de 6º de Primaria de mi centro escriben, conjuntamente, un libro de cuentos que publicamos a final de curso. En el último solicitaron mi ayuda para presentarlo. Su título era Cuarenta duendes, título elegido para celebrar los cuarenta años que ha cumplido nuestro colegio.

Y este es el cuento...


La carta había llegado esa misma mañana. La recogió de la boca del árbol-buzón el duende Rápido. Haciendo honor a su nombre, rápidamente corrió hacia la aldea de los duendes. Por el camino polvoriento se encontró al duende Despistado y le solicitó ayuda. Tenía que llevar la carta antes de la Gran Asamblea que se celebraba todos los sábados duendísticos a las doce. ¡Y ya eran las once! El duende Despistado corrió hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha, hacia la izquierda…pero no era capaz de encontrar ni el propio camino. ¡Vaya ayuda!

Rápida, rápida, rápidamente, el duende Rápido consiguió llegar a la Asamblea a las once cincuenta y nueve minutos y cuarenta y cinco segundos… “¡Uf! ¡Lo había conseguido!” pensó, mientras el duende Puntual miraba su reloj de reojo a punto de gritar que había llegado tarde. Entregó la misteriosa carta en mano al Duende Mayor, un duende sabio, inteligente y bonachón que desde hacía mil ochocientos noventa y tres años era el presidente de la Asamblea. Con manos temblorosas el Duende Mayor abrió el sobre y posó sus ojos cansados sobre las líneas escritas:

-¡Mmmm!...¡Mmmm!...¡Mmmm!...¡Mmmm!...¡Mmmm!...¡Mmmm!- murmuraba mientras el duende Impaciente se mordía las uñas nervioso a la espera de noticias.- ¡Qué alegría! ¡Qué maravillosa noticia!

Cincuenta pares de ojos miraban ansiosos al Duende Mayor. Tras lo que le
pareció una eternidad al duende Impaciente, el sabio dijo:

- La carta nos la envían los alumnos de 6º de Primaria de un colegio de El Puerto de Santa María. Este curso se preparan para escribir un libro de cuentos y este año los protagonistas somos los duendes. Nos piden ayuda pues necesitan al menos cuarenta duendes pues celebran un aniversario muy especial…

Y ya no pudo seguir explicando…

Todos los duendes comenzaron a hablar y a debatir quiénes de ellos debían participar en este nuevo libro. El duende Lector argumentaba que él había leído Caprichos de colores, Travesuras y otros cuentos de alumnos de ese colegio y que él sabía mejor que nadie cómo organizar a los personajes en el libro, el duende Envidioso, el más verde de todos, lo miró de arriba abajo con cara de pocos amigos, el duende Dramático comenzó a ensayar una escena haciendo aspavientos con los brazos para demostrar sus dotes teatrales, el duende Elegante se dedicó a sacar sus mejores vestidos para ser el más guapo, mientras el duende Sucio lo miraba asombrado lleno de churretes y barro, el duende Poeta extrajo su pergamino y comenzó a recitar sus mejores versos pues estaba seguro de que algún poema aparecería en el libro, el duende Amnésico no recordaba sobre qué estaban debatiendo, el duende Triste pensaba que para qué iba a discutir si él nunca participaba en nada, el duende Pintor estaba seguro de que lo iban a elegir pues alguien tendría que ilustrar el libro, el duende Cantarín se quejaba de que siempre eran libros y nunca festivales de canciones, idea que también apoyó el duende Bailón que de todos modos intentaba buscar una razón para participar en un libro, el duende Dormilón se preguntaba si algún niño habría escrito un cuento sobre los sueños, el duende Político intentaba convencer con su discurso al resto de duendes para que lo votasen y así poder acudir, mientras el duende Silencioso, que no hablaba nada, lo miraba con cara de asombro porque el duende Torpe le había dado ya más de tres pisotones entre tanto alboroto, el duende Cariñoso se miraba los dedos mientras esbozaba una sonrisa burlona, estaba seguro de que algún niño habría escrito sobre la amistad y la familia, así que con toda seguridad él sería elegido, el duende Viajero ya tenía preparada su maleta para partir…,y así hasta cincuenta duendes, intentando demostrar cada uno lo mejor de sí mismo para poder participar en el libro.

El Duende Mayor aguantó con paciencia todo este jaleo hasta que vio venir por el sendero al duende Tardón, que, como siempre, llegaba tarde a la Gran Asamblea.

-¡Baaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasta!- gritó con todas sus fuerzas mientras sus cachetillos colorados estaban a punto de explotar.

El silencio invadió el viejo bosque y hasta las ardillas encogieron sus rabitos y se escondieron en los huecos de los árboles. El Duende Mayor miró a todos enfadado, pero pronto dejó de fruncir el ceño y suavizó su semblante con una sonrisa. Había recordado que unos siglos atrás, un tal Cervantes les pidió ayuda para escribir un libro sobre un caballero andante y también discutieron bastante sobre quién debía acudir en aquella ocasión. Enviaron al duende Loco, el que veía gigantes en lugar de árboles y a las Musas de la aldea vecina y por lo que luego les contaron el libro obtuvo mucho éxito. También esta vez tenía que ser así.

-Escuchad, todos tenéis alguna cualidad que os hace merecedores de participar en ese libro, la amistad, los sueños, la alegría, la ayuda, el amor, el respeto, el trabajo y , ¿por qué no?, la envidia, el dolor, la tristeza, la pereza, la rebeldía…pues son humanos, y tienen sentimientos positivos y negativos que van a reflejar en sus historias. Sin embargo, no podéis marcharos todos, la aldea no puede quedarse abandonada y soy muy anciano para cuidar de ella yo solo. Así que tendréis que pensar a quiénes de vosotros necesitan más.

Los duendes, avergonzados, se disculparon por su comportamiento y se retiraron a deliberar. Al día siguiente confeccionaron la lista de los elegidos, prepararon su equipaje y partieron, ilusionados, hacia el Puerto de Santa María.


A muchos de ellos los encontraréis en estos cuentos, sólo es cuestión de leer con atención para localizarlos. A otros no, se quedaron en la aldea junto al Duende Mayor y al duende Despistado que sigue corriendo hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha, hacia la izquierda, sin encontrar el camino…

viernes, 4 de marzo de 2011

La condena

Hoy, un poema de un paisano, Felipe Benítez Ruiz- Mateos, que describe a la perfección el sentimiento contradictorio que domina los deseos del ser humano y que, irremediablemente, es nuestra condena: el ansia de poseer lo que pertenece a otro.


El que posee el oro añora el barro.
El de la luz forja tinieblas.
El que adora a su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.
Quien encontró el amor no lo buscaba.
Quien lo busca se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa sueña con laberintos.
Aquel que halló el lugar piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es un desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca las palabras que lo cifren
halla sólo palabras.
Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.

Nuestros tesoros son tesoros falsos.
Y somos los ladrones de tesoros.