martes, 30 de noviembre de 2010

Tarjeta roja a la mentira

Soy mujer, orgullosa de haber nacido mujer y si naciera de nuevo y pudiera elegir, elegiría ser mujer.
Pero antes, soy persona. Por eso, en estos días en que tanto hemos escuchado hablar del Día de la Violencia de Género me pregunto:

- Si las personas tenemos sexo y no género como las palabras, ¿por qué llamarla violencia de género y no de sexo?
- Es más, si por género se entiende el femenino, ¿por qué no llamarla violencia doméstica o de hogar teniendo en cuenta que también hay maltrato de padres a hijos, de hijos a padres o de esposas a maridos?
- ¿Por qué se silencian las cifras de maltrato masculino?
- ¿Por qué desde el 2002 se publicaban las listas de mujeres y hombres asesinados por sus cónyuges, parejas o ex parejas y desde el 2007 sólo se publican las listas de mujeres asesinadas pero no de los hombres?
- ¿Por qué no hemos conocido en los telediarios del 2009 que 30 hombres fueron asesinados el año pasado a manos de una mujer?
- ¿Por qué cuando un hombre se acerca a una comisaría a declarar tiene que pasar la vergüenza de que, en algunos casos, se rían de él y lo menosprecien?
- ¿Por qué si un hombre telefonea al número de maltrato 016, le responden que no pueden atenderle porque es un hombre ( comprobado por un reportero de El Confidencial que se hizo pasar por hombre maltratado).
- ¿Por qué en el 2006 se suicidaron en España 3716 hombres y en muchos casos el motivo fue por los efectos discriminatorios de una Ley Integral de Protección contra la violencia de género, que permite que haya mujeres que interpongan una denuncia falsa de maltrato contra los hombres y puedan quitarles de un plumazo su hogar, hijos, los estigmaticen de por vida y se lleven años intentando demostrar su inocencia desde la barrera de una orden de alojamiento?
- ¿Por qué los organismos oficiales decidieron eliminar el estado civil de estas listas de suicidas? ¿Para que no se pueda comprobar si son separados o divorciados?
- ¿Por qué de los 9.814 procedimientos (denuncias) que se tramitaron en el Juzgado de Violencia de Género de Sevilla en el año 2008, sólo se condenaron 395 casos, 412 fueron absueltos, 203 llegaron a condenas de conformidad, y el resto…8804 denuncias, casi el 90% restante, fueron archivadas por falta de pruebas?
- ¿Por qué no se abre un proceso judicial contra aquellas mujeres que interpongan una denuncia falsa y ésta quede demostrada?
- Y lo más importante, ¿a quién está beneficiando todo lo anterior y por qué esta falta de información y este punto de vista tan sectario de una situación tristísima tanto para hombres como para mujeres...?

…QUE ME LO EXPLIQUEN…

domingo, 21 de noviembre de 2010

Miguel

Esta semana he tenido la suerte de conocer a una de esas personas diez que se cruzan una vez en la vida. Se llama Miguel y es peruano. Miguel era un hombre de éxito, jugador profesional de fútbol y una lesión le obliga a retirarse. Acude a la universidad y estudia una carrera que le permite acceder a un importante puesto de trabajo y ganarse la vida bastante bien, buena casa, buen coche, buena vida. Al nacer su tercer hijo tiene la desgracia de que este fallezca con seis meses de un ataque cardíaco. Él tuvo la suerte de disponer de dinero para, al menos, intentar salvarle la vida en el hospital. Allí pudo contemplar la desesperación de otras familias que perdieron a sus hijos porque se quedaban a las puertas del hospital con ellos en brazos sin ser atendidos por falta de fondos para poder pagar. Esto estremeció a Miguel. Esa misma noche otra familia perdió a su hijo pequeño y Miguel lo enterró junto con su hijo en el pequeño ataúd blanco porque no tenían para enterrarlo. Esto le cambió la vida a Miguel.
De vuelta para su casa se encontró con cuatro niños de la calle. Los recogió y llevó a su hogar. Les dio de comer, los aseó y esa noche pudieron dormir por primera vez en una cama caliente. Al día siguiente desaparecieron. Miguel no entendía qué había hecho mal y se defendió pensando que eran unos desagradecidos, de aquellos que muerden la mano que les da de comer. Sin embargo, para su sorpresa, esa noche los cuatro aparecieron ante la puerta de su casa para darle explicaciones del porqué de su huida. No se habían marchado por desprecio, se habían marchado porque tenían a otros compañeros en la calle y se sentían culpables de estar bien cuidados mientras el resto dormía abandonado bajo la luz de las farolas. Esa noche durmieron doce en casa de Miguel.
Hoy son más de ochocientos. Miguel vendió su gran casa y construyó un hogar para todos los niños de la calle que iba encontrando en una ladera de la ciudad de Lima, luego fue el coche y todas las pertenencias de “valor” que le quedaban. Hay días que no tienen nada para comer, pero él explica con una sonrisa que siempre ocurre un milagro que les permite comer esa jornada. Sus balones de juego son trapos liados con cuerdas y un balón de verdad es lo más maravilloso que pueden recibir. Tienen un taller de costura y cosen por diez centavos los Lacoste que luego lucimos en esta Europa tan irracional por diez centavos(creo que no llega ni a cinco céntimos de euro). Miguel les insiste en el estudio, en la importancia de formarse para el futuro, él y sus voluntarios les dan clase de todas las áreas, los llevan a la escuela , los obligan a estudiar inglés…, todo con un único objetivo, evolucionar y poder salir de la miseria.
Nunca he escuchado a nadie que hablase con tanta paz, no he encontrado en mi vida a una persona tan llena y que no tuviera absolutamente nada. Como él decía, allí no tengo candados ni alarmas, no me pueden robar nada, porque no tengo nada, y duermo estupendamente todas las noches.
Se despidió comentando que cada noche antes de dormir le dice al Flaco: “ Flaco, si la muerte me lleva esta noche, que me coja con una sonrisa”.

Pues sí, Miguel, que el Flaco te bendiga.