sábado, 31 de marzo de 2012

Vuelvo


No han transcurrido los veinte años del famoso bolero, pero vuelvo. Nada de energías renovadas, no ha habido descanso físico ni mental. Vuelvo tras la dura y estéril sequía que deja una pérdida infinita. Vuelvo tras comprobar que el corazón sigue latiendo, que amanece todos los días, que el levante ha regresado al comienzo de la primavera, que la lluvia que cae me permite oler a tierra en mi jardín, que el bullicio se acrecienta en tardes a las que la luz les ha regalado el don de más minutos de vida, que mis ojos siguen retratando imágenes, mis manos acariciando y mi boca besando el bendito cabello de mi hija. Vuelvo siendo consciente de una verdad increíble para un alma sin alma, que la vida vive a tu alrededor, se suceden los minutos, las horas y, ahí está, un día más. La vida a mi alrededor y la muerte también. Que se disputen mis pensamientos entre ellas.

Mientras tanto, aquí te llevo, en pensamiento, palabra y obra. Sé que con todo tu amor y con tu bendición, vuelvo a la vida, acompañada de tu eterna sonrisa.

Nunca me olvides, yo no lo hago.

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