- Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-.¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?
-Sí. La primera es la verdad.

-¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad.

-¿Esto que deseas decirme es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad.
-¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
Anónimo
2 comentarios:
Espero que el discípulo no se callara al final que al amigo y al Maestro le había tocado el billete que jugaban juntos en la lotería, y tenía la noticia oculta... jejeje.
En realidad, no es bueno para el discípulo (se queda sin maestro), el amigo no es verdadero, y para el discípulo tampoco es necesario darle la alegría al Maestro... jejeje. :)
¡qué cosas se te ocurren! ja, ja, ja
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