domingo, 8 de enero de 2012

Ilusión...




Después de casi un mes, intento retomar este mi espacio publicando la primera entrada de este año 2012. Mañana vuelta al lugar de trabajo, no al trabajo, que ya lo he retomado en estos últimos días. Han sido unas fiestas algo extrañas, bastante descolocadas, precipitadas y desubicadas. Pero tienes que seguir el ritmo que te marca el calendario aunque estés deseando que sea quince de mayo o tres de septiembre Y por primera vez en mi vida he comprendido a aquellas personas a las que no le gustan las Navidades, la sensación de estar fuera de todo el teatro que se monta alrededor de estas fechas, casi como una espectadora cansada de la parafernalia, las luces y el espíritu navideño. Una pequeña escapada a Madrid me ha permitido salir a la superficie a tomar aire antes de zambullirme de nuevo.


Y me molesta, porque siempre ha sido una de las épocas del año que más me gustan, porque me he convertido en niña cada final de diciembre para celebrar con la familia reunida estos días, porque mi hija nació casi con el año nuevo, porque los amigos de verdad se entretienen en hacerte más feliz con sus llamadas, porque me encanta perderme para ayudar a los Reyes en su cansado trabajo de buscar los mejores regalos para los más queridos, y porque la noche en la que llegan sigue siendo la noche de la ilusión aunque sea porque la veo a través de una niña de trece años que sigue dando saltos cada vez que abre un regalo.

No quiero perder esa ilusión, no quiero ser una adulta que arranca las hojas del calendario sin esperar una nueva sorpresa en la siguiente esquina. Así que mi deseo para este año, además de mucha salud para todos los míos, que falta nos hace, es el de encontrar mi vieja mirada llena de ilusión. Con eso me conformo.



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