jueves, 12 de mayo de 2011

¿Vainilla o chocolate?

Eterna dicotomía. Eterna elección. ¿Carne o pescado? ¿Con tarjeta o en efectivo? ¿Con leche o solo? ¿Falda o pantalón? ¿Agua o cerveza? Abocados a elegir, nos pasamos la vida aceptando y rechazando. ¿Y todo lo que hemos dejado por el camino mientras elegíamos? ¿Dónde queda? ¿Quién lo saborea? ¿Quién lo disfruta? ¿Otros que eligieron lo que nosotros rechazamos?


¡Qué cansancio de disyuntiva! Yo quiero ser copulativa, aditiva, sumativa…! Lo quiero todo!


Así que, sírvame el helado de chocolate acompañado de otra bola de vainilla y puestos a no dejar nada atrás y añadir y sumar…, con un poquito de nata montada, por favor.

No hay comentarios: