He pasado unos días en Portugal y el primer destino ha sido
Oporto. Esta ciudad norteña a orillas del río Duero no puede dejarte
indiferente. Sus edificios de piedra y azulejos algo desgastados y cierto aire
decadente pueden llamar la atención en un primer vistazo, pero si eres capaz
de mirarla con otros ojos y perderte por sus calles, sus gentes y la vida de
cara al río, te atrapará, sin ninguna duda. Es una ciudad bella en todos los
sentidos,con pinceladas inglesas y mucha luz, gran ambiente, mucha vida y el Duero muriendo y separando Oporto de su
otra orilla donde se encuentran las grandes bodegas.
Un placer de
los dioses una copa de oporto cenando bacalao mientras contemplas las vistas que te ofrece la
zona baixa en la ribera del río.
Vista diurna de Oporto
Vista nocturna de Oporto
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