sábado, 17 de septiembre de 2011

Septiembre



Septiembre llega con su paso furtivo, casi sin avisar, consciente de que no hemos notado su presencia. Son días de menos luz y noches de mayor pereza. El olor a sal y arena se va difuminando. Y comenzamos a entrar en una rutina asfixiante como tardes de sopor veraniegas. Añoramos la vida de semanas anteriores mientras pisamos con fuerza los primeros adoquines mojados por el rocío de la noche.
Nos engañamos pensando que volvemos con fuerzas renovadas. Volvemos, seguramente con más ímpetu, pero menos energía...Hemos dejado mucha piel en el estío.

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