martes, 29 de diciembre de 2009

Conectada



Me paso media semana rajando de la tecnología: el pen que tiene virus, el ordenador que va lento, que Internet funcione una semana de forma continua es casi un milagro, la impresora conectada se atasca o no tiene tóner, la otra impresora se desconfigura…etc. Y ya me explayo, que da gusto escucharme, cuando trabajando en un documento se va la luz y con ella todo lo que he trabajado durante la última hora. Sí, ya sé que debo ir grabando cada cierto tiempo, pero aunque me lo repito continuamente puede más mi desmemoria. Reconozco la importancia y el valor de la tecnología , y aunque no soy una analfabeta funcional, echo de menos la permanencia eterna de la tinta sobre el folio blanco. Lo sé, todo un atraso, romántico y nostálgico, pero todo un atraso. Y más ahora, que las nuevas tecnologías han llegado a los centros y el mío está completito de ordenadores portátiles, cañones y pizarras digitales. Desde luego, no tiene comparación intentar explicar los recursos literarios de un texto fotocopiado y “a pelo”, con la increíble experiencia de encender el ordenador en clase, entrar en Internet y proyectar una canción de Estopa ( aunque parezca mentira , repleta de recursos literarios) y con la ventaja de escuchar de fondo la canción y el vídeo que han colgado en youtube. Nunca mis alumnos habían entendido con tanta facilidad esta parte de la literatura que se les hacía algo cansina. Y si comprenden y aprenden, bienvenida la tecnología al aula.

Bien, a lo que iba de la tecnología. Está claro que el mundo está conectado y la información que antes tardaba semanas o meses en llegar, se envía y en dos segundos puede estar en nuestras antípodas. Todo un portento.Los mensajes por Hotmail, el Messenger para hablar en tiempo real, este mismo blog y, ahora, las redes sociales a las que nos vamos conectando poco a poco. Y aquí aparece lo que me fascina. Hace unos días, en una de estas redes, se me conecta una antigua amiga que está en Estados Unidos y de la que no sabía nada desde hacía diez años. Me buscó y me encontró. Y en un abrir y cerrar de ojos, me resume su vida en esta década y yo le hablo sobre estos diez años, y volvemos a estar cerca estando tan lejos. No tenía su dirección ni su teléfono y gracias a la era digital volvemos a estar juntas en la distancia. Es maravilloso, siempre que quieras conectarte con esa persona, claro está. Detesto a los que quieren agregarte porque sí, porque hace quince años hablamos dos veces. No, mi vida tecnológica es mía y entra en ella quien yo quiero, mis amigos son los que yo quiero, mis comentarios son para ellos y mis fotos también, como en la vida real.

Pero la parte positiva me obliga a claudicar. El mundo gira alrededor de la tecnología y tienes que subirte al tren o te quedas en una estación perdida. Me rindo, aunque siga pensando que no hay mejor manera de decir “te quiero”, que escribiendo estas palabras con un sencillo lápiz en la servilleta, abandonada al lado de la cafetera tras el desayuno, o en el dorso de ese papel roto donde apuntaste el número de teléfono del fontanero.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Candela


Candela se levanta todas las mañanas con una sonrisa de buenos días. Su primera mirada es para Clara, la pequeña muñeca que descansa de lunes a viernes en la repisa blanca de su habitación. Siempre hace el amago de cogerla para mecerla unos minutos en sus brazos, pero no tiene tiempo. Con los minutos corriendo como si fueran segundos, baja a desayunar, se viste y sale disparada para el colegio. Carga con una maleta casi más grande que ella, llena de libros y cuadernos de doce asignaturas diferentes. Le cuesta no olvidar algo en casa, se le hace un mundo organizar sus trabajos diarios entre tantas letras, palabras, órdenes, trabajos… siempre con prisa y poco tiempo. Su pequeña cabecita tiene que ir dejando espacio para todos los contenidos nuevos que intenta aprender, mientras va comprimiendo los que ya logró que le entraran la semana pasada tras treinta horas de clases. Después del colegio, dos días a la semana, corre veloz a clases en el Conservatorio de música. Le fascina ver a su profesora tocando el piano; ella aún está en el primer curso, y cuando llega a casa necesita ensayar todos los días media hora para que sus pequeños deditos se acostumbren a acariciar las teclas negras y blancas. Eso, los días que puede, pues también acude a clases de inglés para reforzar y una tarde a clases de pádel pues es beneficioso hacer algo de deporte. Cuando llega a casa ya ha oscurecido y tras la merienda-cena, realiza la tarea que le han indicado en el colegio y luego a estudiar. Papá y mamá todavía no han llegado del trabajo, y Bruna, la señora que la cuida desde que nació, le insta a terminar pronto para que pueda jugar un rato, pero siempre termina tarde.

Mamá llega muy cansada y no tiene muchas ganas de hablar. Le da un beso rápido, pregunta cómo le ha ido el día y tras una cena rápida se encierra en su despacho a terminar un informe que tiene que estar listo para mañana, sin falta. Papá llegó hace un rato y manda a Candela a leer a su habitación ,pues ya es hora de estar en la cama, mientras él se queda sentado descansando un rato delante del televisor tras una jornada agotadora.

Candela sube, se cepilla los dientes y se mete en su cama. Antes de apagar la luz, mira a su muñeca Clara tristemente. Le hubiese gustado mecerla en sus brazos y darle un beso, pero no ha tenido tiempo. Los segundos lentos de su infancia están sometidos al tiempo de los mayores. Candela apaga la luz y siente que hoy se parece un poco más a todos esos adultos que nunca tienen tiempo para nada. Enciende la luz. Se levanta y toma a su muñeca Clara entre sus brazos. Le sonríe y la acuesta con ella en su cama. Apaga la luz y de la mesilla toma la pequeña linterna rosa que le regaló el abuelo.

Ha decidido que, mientras pueda, quiere seguir siendo una niña. Con un susurro comienza a relatarle a Clara un cuento. El mismo cuento que a ella le gustaría escuchar de otros labios mientras se duerme.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Spain is different

Casi con toda seguridad que habréis leído o escuchado la noticia, pero es tan rocambolesca, tan de cine surrealista, tan de Berlanga español, que no puedo resistirme a escribir sobre ella.

Pongámonos en situación. Festival de Jazz de Sigüenza. 7 de diciembre. Cerraba el festival Larry Ochs Sax & Drumming Core. No soy entendida en jazz, ni seguidora, pero investigando un poco descubres que lleva este músico más de medio siglo en el tema. Ahí es nada. Bien, hasta aquí todo de lo más normal, si no fuera porque a un espectador se le ocurre denunciar al músico aduciendo que la música que tocaba no era jazz, que ésta era “ música contemporánea”. ¿Levantarse e irse del concierto si no es de su agrado? No, por favor, dónde vas a ir a parar!! Como diría Pérez Reverte, con dos cojones, al cuartelillo a poner la denuncia, que cumplimenta exponiendo que “por prescripción facultativa no puede escuchar música contemporánea porque le afecta psicológicamente”.
En este punto de la noticia ya se me veían las muelas y me echaba las manos a la cabeza. ¿Un médico recomienda a su paciente que no escuche tal o cuál estilo musical porque le afecta? Perdone, señor mío, pero usted ya está muy afectado, profundamente afectado y su médico también! Podía haber quedado aquí el numerito montado, sin embargo, mis paisanos españoles nunca dejarán de sorprenderme y viene a arreglar este desaguisado un número de la Guardia Civil que seguramente estudió solfeo con los niños cantores de Viena. Y allí que se nos planta el susodicho de la Benemérita a escuchar al músico para, como si fuese Salomón en su famoso juicio, dar la razón a una de las dos partes.
Imaginad la escena: el denunciante afectado psicológicamente, los amigos apoyándolo y también protestando, la banda de jazz y el músico con cara de “esto no puede estar pasando”, la bendita Benemérita agudizando el oído… ¡Oh, sí, estimado Larry, por si faltaba alguien en esta escena grotesca, se llama al señor alcalde, que por casualidad había asistido al concierto, para que también dé su opinión. Llegados a este punto, mi menda ya lloraba de risa.
Y llegó el fallo: según el número de la Guardia Civil, aquello no era jazz, era música contemporánea y el denunciante llevaba razón. ¡Toma ya! Más de cincuenta años tocando jazz, y resulta que el benemérito Carusso entiende tanto de este estilo musical que sentencia. Berlanga rueda una escena así y gana un Óscar con toda seguridad.

Larry Ochs comenta que nunca en su vida había pasado una noche peor, que no se lo podía creer y que ya tiene algo que contarle a sus nietos. Pues sí, cuénteles que ha vivido en sus propias carnes el dicho de que Spain is different, diferente, anacrónica y absurda, muy absurda.

martes, 8 de diciembre de 2009

Lope de Vega, el amante.



Se cumplen 400 años de la publicación de El Arte nuevo de hacer comedias, que le fue solicitado a Lope de Vega por la Academia de Madrid en 1609. Con este escrito, Lope cambió la manera de entender el teatro de su tiempo y creó nuestra Comedia Nacional. Lope es un genio de la escena, se calcula que escribió más de 1500 obras (dicen que era capaz de escribir una en sólo unos días) y miles de versos; no en vano Cervantes lo bautizó como monstruo de la naturaleza. ¿De dónde puede sacar un escritor tantos argumentos para tantas obras? En Lope no cabe duda, de su propia vida. Fue sin duda una vida apasionante y su mejor argumento.

Félix Lope de Vega nace en Madrid en 1562, pero pasa parte de su infancia en Sevilla. Con doce años ingresa en un colegio de los jesuitas, pero su padre fallece y él se escapa con 16 años de su casa acompañado de un amigo. Comienza a ser conocido como poeta, aunque poco se sabe de su vida en estos años.

A los 21 tiene su primera aventura amorosa con una mujer separada, Elena Osorio, pero cuatro años más tarde ella lo abandona por otro hombre de mejor posición social. Lope, humillado y dolido, le dedica unos versos ofensivos e insultantes que propaga por Madrid. Esto le vale el destierro de esta ciudad por cuatro años, que se convierten en ocho porque desde la cárcel escribe otra vez versos injuriosos contra el amante de Elena.

Comienza a cumplir el destierro en Valencia, ciudad donde conoce a Isabel de Urbina. La familia de ella se opone a la boda, así que rapta a Isabel y contraen matrimonio durante la fuga. Ella tiene 17 años y él 26. Se alista entonces en la Armada Invencible y dos años más tarde se marcha a Toledo donde trabaja para el Duque de Alba. Compone algunas comedias, pero esta tranquilidad se rompe con la muerte de su mujer y de su hija mayor.

Regresa a Madrid y al poco tiempo de vivir allí es procesado por convivir con una mujer, Antonia Trillo, sin estar casado, lo cual se consideraba un delito. Termina la relación y de nuevo contrae un segundo matrimonio con una rica heredera, Juana de Guardo, pero la pasión llama a las puertas de Lope en la persona de una actriz, Micaela Luján, con la que comienza una relación adúltera llegando a tener varios hijos con ella. Tras quince años de relaciones, Micaela desaparece de la vida de Lope y éste la reemplaza por Jerónima Burgos, otra actriz famosa de la época, aunque continua casado con Juana de Guardo.
En 1610 entra en una gran crisis espiritual por la muerte de su hijo mayor, Carlos, y de su esposa Juana en el parto de su última hija. Entonces toma la determinación de ordenarse sacerdote y con 52 años de edad celebra su primera misa. Por entonces es uno de los escritores más poderosos y temidos de Madrid, enemigo ya de Cervantes y Góngora. Mucha gente del pueblo le rezaba “creo en Lope de Vega, poeta del cielo y de la tierra…”

Sin embargo Lope no puede resistirse y al poco de ordenarse sacerdote comienza una relación con la actriz Lucía Salcedo y más tarde con su último amor, Marta Nevares, de 26 años, un amor doblemente prohibido por ser ella casada y él sacerdote; tienen una hija que será el consuelo del poeta en los último años de su vida ya que Marta se vuelve ciega y tiene ataques de locura que la llevarán a la muerte con 42 años. La cuidó y la amó hasta su muerte.

Tuvo 14 hijos de sus distintas relaciones, pero sólo sobreviven dos de ellos. Finalmente muere en Madrid en 1635 y su entierro se convierte en uno de los acontecimientos más importantes del año, durando sus funerales nueve días.

La pasión y el amor lo acompañaron siempre, será por ello que es uno de los mejores poetas describiendo al AMOR, como así se refleja en el siguiente poema:

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso.
No hallar fuera del bien centro ni reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño.

Creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor: quien lo probó lo sabe.

AMÉN