martes, 27 de enero de 2009

La tristeza y la furia (Jorge Bucay)

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...
Había una vez... un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

jueves, 22 de enero de 2009

La isla de los sentimientos (Jorge Bucay)

Érase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la alegría, la tristeza y muchos más, incluyendo el amor. Todos los sentimientos estaban allí . A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila, hasta previsible. A veces, La Rutina, hacía que El Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces, la Constancia y la Convivencia lograban aquietar al Descontento.

Un día... inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento llamó a reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces el Conocimiento dijo:

- Tengo una mala noticia para darles..."La Isla Se Hunde..."

Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:

-No, ¿cómo puede ser? ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre!

El conocimiento repitió:
-La Isla se hunde
- ¡Pero no puede ser! ¡Quizás estás equivocado!
- El Conocimiento nunca se equivoca - dijo la Conciencia, dándose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde.
- Pero... ¿Qué vamos a hacer ahora? - preguntaron los demás. Entonces el Conocimiento contestó:
- Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de abandonar la isla.... Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla, desaparecerá con ella.
- ¿No podrías ayudarnos? - preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad
- No!- dijo el Conocimiento-, La Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto, volaremos hacia la isla más cercana...
Las emociones dijeron:
- ¡No! ¡Pero ,no! ¿Qué será de nosotros?

Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que no es tonto y ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero... Todas... Salvo el Amor. Porque el amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:

- Dejar esta isla... después de todo lo que viví aquí... ¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh.... Compartimos tantas cosas... Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio de irse, el Amor se subía a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacer en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...Al llegar a la playa, exactamente al lugar desde donde el sol salía, su lugar favorito,quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:

-"Quizás la isla se hunda por un ratito... y después resurja.... por qué no???" Y se quedó días y días midiendo la altura de la marca, para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible... La isla se hundía cada vez más... Sin embargo, el Amor no podía pensar en construir nada, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que, aun cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona más alta.... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él... Así que una vez más, tocó las piedritas de la orilla... y se arrastró por la arena... y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa... que otrora fuera enorme...

Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le agradaba, era la más elevada...Y la isla se hundía cada día un poco más... Y el Amor se refugiaba cada día en un lugar más pequeño...

- Después de tantas cosas que pasamos juntos!!!!- le reprochó a la isla.Hasta que, finalmente, sólo quedó una minúscula porción de suelo firme, el resto había sido tapado completamente por el agua. Recién en ese momento, el amor se dio cuenta de que la isla, se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra... Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía.

-Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos... Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros lo comprendiera y lo llevara.
Buscando con los ojos en el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. Se acercó la Riqueza que pasaba en un lujoso yate y el Amor dijo: "Riqueza llévame contigo!". Yo sufrí tanto la desaparición de la isla que no tuve tiempo de armarme un barco". La Riqueza contestó: " No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, lo siento" y siguió camino, sin mirar atrás...
Le pidió ayuda a la Vanidad, a la que vio venir en un barco hermoso, lleno de adornos, caireles, mármoles y florecitas de todos los colores, que también venía pasando: "Vanidad, por favor ayúdame" y la Vanidad le respondió:- "Imposible Amor, es que tienes un aspecto!!!!... ¡Estás tan desagradable! tan sucio, y tan desaliñado!... perdón pero afearías mi barco- y se fue...
Pasó la Soberbia, que al pedido de ayuda contestó: "Quítate de mi camino o te paso por encima!". Como pudo, el Amor se acercó al yate del Orgullo y, una vez más, solicitó ayuda. La respuesta fue una mirada despectiva y una ola casi lo asfixia. Entonces, el Amor pidió ayuda a la Tristeza: "¿me dejas ir contigo?". La Tristeza le dijo: "Ay Amor, tú sabes que estoy taaaan triste que cuando estoy así prefiero estar sola" .Pasó la Alegría y estaba tan contenta que ni siquiera oyó al Amor llamarla. Desesperado, el Amor comenzó a suspirar, con lágrimas en sus ojos. Se sentó en el pedacito de isla que quedaba,a esperar el final...

De pronto, el Amor sintió que alguien chistaba:- " Chst- Chst- Chst..." Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote a remos. El Amor se sorprendió: - "¿a mí?"- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- Sí, sí- dijo el viejito-, a ti. Ven sube a mi bote, rema conmigo, yo te salvo. El Amor lo miró y le quiso explicar...-"lo que pasó, es que yo me quedé...- "Ya entiendo" dijo el viejito sin dejarlo terminar la frase. - Sube.

El amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de poder ver como el último centímetro de la isla se hundía y desaparecía para siempre... Nunca volverá a existir una isla como ésta! - murmuró el amor, quizás esperando que el viejito lo contradijera y le diera alguna esperanza.
-No- dijo el viejo - como ésta, nunca-

Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor estaba tan feliz que se olvidó de preguntarle su nombre. Cuando se dio cuenta, y quiso agradecerle el viejecito había desaparecido. Entonces el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle:
- ¿Cómo puede ser?? Yo no lo conozco y él me salvó... Todos los demás no comprendían que hubiera quedado sin embarcación, pero él me salvó, me ayudó y yo ahora, no sé ni siquiera quién es... Entonces la Sabiduría lo miró largamente a los ojos, y le dijo:

-"Es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo....

martes, 20 de enero de 2009

Perlas

Me dedico a la enseñanza. Imparto clases de Lengua y Literatura en Bachillerato. Uno de los temas que más llama la atención de mis alumnos cuando lo tratamos en clase es el de los vulgarismos. Algunos están tomados de los libros de texto, pero otros, mi palabra de honor, son perlas que he escuchado en mis clases. Mi deseo es ir ampliando esta lista; seguro que conocéis más, hacédmelos llegar.

*levaduras eléctricos (elevalunas eléctricos)
*una aspirina fluorescente ( efervescente)
*le instalaron un pai-pai ( by pass)
*moratón (moretón)
*nadaba en la ambulancia (abundancia)
*tú no tienes capaz (eres capaz)
*uno, dos, tres... y así sustantivamente (sucesivamente)
*no lo sé ni falta que me importa (que me hace)
*dobledosis (sobredosis)
*me dio un simposium (soponcio)
*tras el accidente no me quedaron espuelas (secuelas)

sábado, 17 de enero de 2009

Atardecer en la bahía


Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
justo en ese momento
en que las luces flotan como brasas
de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas,
los silencios extraños...
Luis García Montero

Mar


No dejes que los hombres te cambien de color y piensa que, cada vez que te visito,me ilumino con estrellas de mar, con vida, e ilusión.


Palabras para Julia. Dedicado a la niña de mis ojos.

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo

El desayuno

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».

Luis Alberto de Cuenca

Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti